Tras el fracaso de la expedición de la “Armada Invencible”,
la mayoría de los galeones se retiraron a los puertos de San Sebastián y
Santander. Los ingleses al ver que el ejército español podría recomponerse
rápidamente, como represalia decidieron
juntar una gran armada y atacar a los galeones españoles.
Cuando el capitán Francis Drake estaba cerca de las costas
españolas, le llegó el rumor de que un galeón llegado de las Américas, había
llegado al puerto de La Coruña cargado con más de 5000 piezas de oro, por lo
que puso rumbo a La Coruña.
¿Y la tal María Pita?
¿Y la tal María Pita?
En aquel momento en La Coruña solo había 1500 soldados para
la defensa, mientras que el ejército inglés contaba con 20.000 soldados, las
tropas españolas fueron minando desde la costa con los cañones a los barcos
ingleses. En cuanto las tropas inglesas tomaron tierra, los defensores se
refugiaron tras las murallas, para asaltar estas, los ingleses tuvieron que utilizar
muchas tropas, pero al final lograron entrar, la lucha duró varias semanas,
resistiendo los defensores a las minas que lanzaban los ingleses.
Ya, pero, ¿Quien era María Pita?
El 14 de mayo después de que una mina explotara y abriera
brecha por la que entraron las tropas inglesas con su alférez a la cabeza con
una bandera en su mano, tras haber matado a Gregorio de Recamonde integrante de las tropas españolas y marido de
María Fernández de la Cámara y Pita, al ver a su marido muerto María Pita cogió
su pistola y mató al alférez que había matado a su marido, minando la moral de
las tropas inglesas al ver que su alférez había caído a manos de una mujer del
pueblo, en ese momento María Pita se
subió a la muralla gritando: “¡ Quien tenga honra, que me siga!”, este
hecho dio una gran moral a las tropas españolas a las que se unió la población civil que empezaron a atacar al
ejército británico, consiguiendo gran número de bajas y debilitando aún más la
débil moral de un ejército que multiplicaba por más de 10 al ejército coruñés, tras
varias horas de lucha Drake humillado, derrotado y con grandes pérdidas ordenó
izar las velas de su galeón y las de los demás barcos que tenía, marchándose de
La Coruña.
Esta victoria sobre las tropas británicas proporcionó a
María Pita el grado y sueldo de Alférez de los tercios por el resto de su vida,
otorgado por el rey Felipe II y perpetuado para sus descendientes por Felipe III.
Esta victoria y las de Rande y Lisboa debilitaron tanto al ejército inglés,
que esta vez tuvieron que ser ellos los que huyeran humillados, debido al
coraje de una mujer al frente de un pueblo mal pertrechado.
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